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Continuidades y rupturas

24 febrero de 2016

(Columna de Ignacio Ramírez)

La orientación percibida de la hoja de ruta oficial.

A la búsqueda de continuidades, novedades y rupturas, desde Ibarómetro realizamos una encuesta de alcance nacional de 1.200 casos entre el 10 y el 12 de febrero que alumbra aspectos muy interesantes del paisaje político en este incipiente 2016.

A poco más de dos meses de la asunción de Mauricio Macri como Presidente, la encuesta revela un balance positivo: 56% de los argentinos valora favorablemente su tarea. En relación a los pilares sobre los cuales se edifican las evaluaciones positivas, el 42% de los aprobadores invocan el argumento “representa una alternativa al kirchnerismo” como principal motivo de aprobación; muy por encima del 26% que alude a las medidas o políticas de gestión adoptadas a la hora de explicar su “oficialismo”.

Tal subsuelo cualitativo revela una fortaleza y también una falta: por un lado, resulta evidente que el framing “herencia” que se viene desplegando ?toda legitimidad se funda en reescribir el punto de partida? ha sido comunicacionalmente eficaz de la sociedad. Sin embargo, la teoría de la herencia y la condición de “nuevo/distinto” son herramientas de rendimientos decrecientes y pronto dejarán de ser eficientes.

Durante su inteligente y disciplinada campaña, el PRO había conseguido suavizar los prejuicios que lo sobrevuelan desde su origen: el sesgo de clase de su staff y de sus políticas. Sin embargo, el deterioro del entorno económico y sociolaboral, vuelve a debilitar el aspecto social del PRO. Tal es así que, de las cuatro cláusulas del contrato electoral, solo “reducción de pobreza” suscita una evaluación deficitaria. Por el momento, extendidas percepciones negativas del entorno económico no son incompatibles con una buena evaluación del Gobierno, pero si tales preocupaciones se acentuaran comenzarán a lesionar la imagen del Gobierno.

En el curso de sus primeros metros recorridos, el Gobierno de Cambiemos evaporó los fantasmas de la gobernabilidad pero mientras tanto descuidó y alimentó las caracterizaciones que lo retratan como un “Gobierno de ricos para ricos”. Al respecto, casi 45% percibe que el macrismo favorece a la clase alta, porcentaje superior del 32% que lo vincula con la promoción de la clase media. En la orientación percibida de su hoja de ruta reside el principal desafío del nuevo Gobierno.

En otro plano, la encuesta detecta la cristalización y persistencia de dos nuevas identidades políticas, decodificadas con claridad por la mayoría de los argentinos: kirchnerismo y macrismo se configuran como los dos lenguajes políticos que protagonizan la escena pública. Casi un tercio se manifiesta cercano al PRO mientras que un sector de similar tamaño se identifica con el FpV. En otras palabras, 6 de cada 10 argentinos reparten sus simpatías entre estas nuevas identidades políticas surgidas de las entrañas del 2001.

Además de estas dos avenidas políticoideológicas, el indicador ilumina una amplia zona “desregulada” del electorado donde el Frente Renovador y el peronismo no kichnerista intentan fundar su centro de gravedad. Con una localización algo ambigua en la geografía política, Sergio Massa conserva su influencia, mientras que el peronismo no kirchnerista recluta como concepto político 3% de adhesiones; share modesto que instala el interrogante sobre las posibilidades de expansión que tiene esa propuesta.

Por su parte, el 59% de la opinión pública se manifiesta en favor de una oposición dialoguista, lo cual pareciera convalidar la estrategia por la que optaron distintos dirigentes del peronismo. Sin embargo, al recortar la mirada sobre quienes evalúan negativamente al actual Gobierno se advierte una sorpresa: el 65% prefiere una oposición firme que le ponga límites al oficialismo. Es decir, la lucha por la hegemonía del hemisferio opositor aún no proyecta una tendencia clara. Hasta el momento la competencia política ha sido más eficaz cuando se basó en el contraste que cuando quiso fundarse sobre el parecido, aunque el imprevisto desenlace electoral del 2015 aconseja relativizar cualquier hipótesis.

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