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Descentralizada e interactiva

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10 febrero de 2016

(Columna de Alejandro Radonjic)

El equipo de comunicación busca que los ministros tengan vuelo propio y la interacción con los receptores sea lo más dinámica posible.

La manera en que se difunde la información gubernamentales es uno más de los múltiples cambios, con respecto a la década kirchnerista, que trajo consigo Cambiemos. “Hubo un cambio en elestilo en la comunicación”, ratifica Belén Amadeo, docente de Opinión Pública en la Universidad de Buenos Aires. El nuevo esquema se podría caracterizar, grosso modo, como descentralizado e interactivo. Se suma a cambios que ya se veían venir: un lenguaje menos épico y agonal que el usado por el kirchnerismo, sobre todo en su fase cristintista.

El carácter descentralizado proviene del hecho de que los ministros tienen un vuelo comunicacional (y político) propio, aunque todo está coordinado milimétricamente desde Balcarce 50. “No está todo descoordinado como en el menemismo cuando había operaciones de prensa entre ministros”, rememora Amadeo. La primicia del levantamiento del cepo cambiario, por ejemplo, estuvo a cargo de Alfonso Prat-Gay y el Presidente se refirió a la noticia recién algunas horas después. “Esto demuestra que trabajamos en equipo”, dice Hernán Iglesias Illa, flamante Coordinador de Comunicación Estratégica del Gobierno. “No nos interesa ni nos sirve generar un culto a la personalidad del Presidente”, añade. “El propósito nuclear de esta perspectiva es diferenciarse del verticalismo, personalismo y caudillismo imperante en las fuerzas políticas tradicionales, y así mostrarse como una fuerza moderna, innovadora, ágil y flexible”, analiza Gonzalo Sarasqueta desde el Laboratorio de Políticas Públicas (LPP). “Sirve para evitar la saturación de una sola voz”, añade Amadeo.

Asimismo, el carácter interactivo viene dado mediante los formatos a través de los cuales se vierte la información oficial pues permiten un mayor grado de interacción entre el emisor y el receptor. Tras una época de comunicación unidireccional, cuyo prototipo por excelencia eran las tan debatidas cadenas nacionales, viramos hacia un esquema más bidireccional e interactivo con ruedas de prensa con preguntas del periodismo. “Siempre responden preguntas, sean incómodas o no”, añade Amadeo. “Están siendo coherentes con lo que ellos dicen que es el espíritu general de su gestión”, complementa.

La interacción también se verifica en las redes sociales, otra variación con respecto a los años precedentes. “Cristina usaba las redes, pero bajo la lógica clásica, propia de la comunicación de masas: emisor activo y receptor pasivo”, interpreta Sarasqueta. “No es tan 1.0 como antes”, complementa Amadeo. Un informe reciente de Burson-Masteller señaló a Mauricio Macri como el “indiscutido Presidente Facebook” por ser el jefe de Estado con más “engagement” en la famosa red social, una cualidad buscada (y muy valorada) por el equipo de comunicación oficial. “Para nosotros, la política es una gran conversación”, dice señala Iglesias Illa.

CADENAS Y MEDIOS

El uso de la Cadena Nacional, que aún no han comenzado, será muy esporádico. “Cuando hubo conferencias de prensa o anuncios importantes, todos los canales de noticias y las radios importantes la transmitieron”, dice Iglesias Illa. “Más de eso no necesitás”, explica.

“Buscaremos tener una relación más sana con el periodismo”, señala Iglesias Illa. “Tenemos una cultura política distinta”, agrega y aporta un sugerente dato color de los nuevos tiempos que corren: en la oficina del actual jefe de Gabinete, Marcos Peña, hay una sola TV y está más apagada que prendida. Todo un giro con respecto a las más de diez pantallas encendidas full-time de su antecesor en el cargo, quien actuaba, dice Illa, “como un productor general de la realidad”. Amplía: “Estaremos pendientes, pero no obsesionados con lo que digan los medios”. Estar demasiado encima de esa agenda, dice Illa, conlleva el riesgo de “perder las antenas y alejarse del humor de la gente y la calle”.

FUGA Y MISTERIO

La narcofuga ofrece algunas pistas para los expertos sobre un capítulo importante de la estrategia: la comunicación en momentos de crisis. “Se equivocaron y van a tener que ajustar las clavijas en su comunicación de crisis”, resume Amadeo. “El Gobierno mostró una incapacidad para administrar, preservar y jerarquizar la información en un momento de presión. No hubo flujos internos confiables de información ni filtros comunicacionales con el exterior”, reflexiona Sarasqueta sobre la novela que mantuvo en vilo al país durante varias jornadas. “Quedó en claro que se blindará comunicacionalmente al Presidente. Una similitud con el kirchnerismo. Esto quiere decir que, en momentos sensibles, el Presidente solo ingresará al acontecimiento de forma positiva: reportando los avances, ayudando a las víctimas o, directamente, notificando la solución del problema”, acota.

Para el Gobierno, la narcofuga fue una instancia pedagógica. “Fuimos contagiados por la velocidad de los medios y las redes sociales”, dice, a modo de enseñanza y balance, Iglesias Illa. “Nosotros no tenemos que dar primicias ni ganarle a nadie”, reflexiona.

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