El radical Ramón Mestre fue reelecto como intendente de la ciudad de Córdoba por un amplio margen ante una oposición dividida.
Con 32,19 por ciento de los votos, el actual edil cordobés -acompañado del macrista Felipe Lábaque- revalidó su mandato y gobernará por cuatro años más la segunda ciudad más grande del país. La victoria podría significar un futuro realineamiento de los liderazgos al interior del radicalismo provincial, en tanto Oscar Aguad -quien le arrebató a Mestre la candidatura a gobernador- obtuvo un magro resultado en las elecciones provinciales en las que venció Juan Schiaretti, del espacio que conduce José Manuel de la Sota.
La sorpresa fue Tomás Méndez, de Movimiento ADN de Córdoba, quien se ubicó segundo con 23,17 por ciento de los sufragios pese a ser una fuerza local, sin anclaje territorial. Más atrás, en tercer lugar, quedó el candidato del oficialismo provincial Esteban Dómina (17,32 por ciento).
El ex intendente de la ciudad Luis Juez pagó los costos de sus movimientos. El líder de Frente Cívico y Social había conformado junto al PRO y la UCR un acuerdo que lo tendría a él como candidato a senador nacional, a Aguad como postulante a la gobernación y a Mestre en la ciudad capital.
Sin embargo, Juez rompió el acuerdo, bajó su candidatura a senador y se presentó como postulante a la intendencia, para lograr únicamente un cuarto puesto, con 15,84 por ciento de los votos.
Como viene mostrando cada vez más la experiencia, las elecciones subnacionales (provinciales y municipales) muestran realidades independientes de las nacionales. No obstante, el séptimo lugar que obtuvo el Frente para la Victoria (FpV) volvió a mostrar la resistencia del electorado cordobés al kirchnerismo, que registró pobres resultados tanto en las elecciones provinciales de julio como en las primarias nacionales de agosto. Más aún, el resultado muestra -como señalabamos en el estadista- las dificultades que tendrá Daniel Scioli para conquistar los 600.000 votos que en agosto fueron a De la Sota en Córdoba.
Por el contrario, Mauricio Macri festejó como propio el triunfo de Mestre, "el primer hijo de Cambiemos", como lo llamó el líder PRO.
