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Economista y candidato

29 abril de 2011

(Artículo publicada en la edición N°30)

Aunque tal vez la comparación no le guste, el caso más parecido fue el del ministro de Menem, Erman González.

No sería Amado Boudou el primer ministro de Economía con un salto a la política. Lavagna, López Murphy, Cavallo y Alsogaray, entre otros, fueron candidatos presidenciales. Ya es casi una tradición, que se replica a nivel provincial. Son escasos, sin embargo, los antecedentes en el justicialismo.

Los mencionados Lavagna y Cavallo, aunque fueron ministros importantes de gobiernos peronistas, cuando se lanzaron al plano electoral lo hicieron desde espacios unipersonales. Los ex presidentes del Banco Central de la era K, Alfonso Prat Gay y Martín Redrado, también tuvieron que dejar el oficialismo para candidatearse. La dificultad de los economistas para adaptarse al cursus honorum partidario, su confianza en el apoyo del empresariado y la profesión, tal vez merezcan un estudio más detallado acerca del funcionamiento de los grupos de interés en la democracia argentina.

El caso de Boudou es diferente. Un antecedente que se le podría asemejar ?más allá de que le guste o no la imagen? es el de Antonio Erman González. Erman “bajó” del gabinete a la ciudad, pero no en su condición de economista poderoso ?de hecho, era contador público? . Su legitimidad era la de ser un representante leal del Presidente y sus políticas. Mal no terminó: fue el único peronista que ganó en la Capital y, tal vez, el único economista que ganó la elección que se había propuesto.

Boudou, que compite con Filmus y Tomada, se presenta a sí mismo como el más leal al Gobierno. No se autoatribuye, como los otros economistas candidatos antes mencionados, los éxitos de su gestión ?aunque habla mucho de economía, tal vez porque es el tema con el que más cómodo se siente?.

Se dice un implementador de las decisiones que toma Cristina Fernández de Kirchner. Más concretamente, un implementador de políticas sociales. Un nuevo perfil que han encontrado los economistas en la última etapa kirchnerista, cuando la Anses ampliada por la estatización de las AFJP se convierte en el centro de las medidas redistributivas. Dejando en un segundo plano a los ministerios de Trabajo, Desarrollo Social y Planificación Federal, los más importantes de la gestión de Néstor Kirchner.

La moratoria previsional, la movilidad jubilatoria y la Asignación Universal por Hijo son las estrellas del modelo y sus implementadores, Sergio Massa, Amado Boudou y Diego Bossio, jóvenes brillantes de la era.

EL PERFIL

Leal e implementador, son los dos puntos fuertes que pone el precandidato Boudou para imponerse en una interna para la que no tiene todas las credenciales. En caso de pasar la prueba, tiene luego otras cualidades para el electorado. Es bien visto por las mujeres, se lo considera una persona joven ?más de lo que realmente es? y con cara de bueno.

Esas características, que en otras culturas políticas pueden ser atributos negativos de liderazgo ?a los votantes estadounidenses, según algunos experimentos sociales, les gustan los políticos jóvenes pero no las caras juveniles, y tienen una relación ambigua con quienes tienen aspecto bonachón? no parecen cuajar mal con un candidato de un peronismo gobernante.

Los argentinos piensan muchas cosas acerca de los peronistas, pero nadie les atribuye falta de liderazgo o incapacidad de acción. Por esas cualidades personales, estudios realizados dicen que el ministro Boudou tiene más potencial para competir en una segunda vuelta y capturar votos no kirchneristas que Filmus o Tomada.

Esto podría parecer absurdo para cualquier miembro del círculo informado de la política, pero la gente vota por las más diversas razones. Faltan pocos meses para la elección en la Capital y la definición de la oferta es inminente.

Hay razones para creer que tanto Mauricio Macri como Pino Solanas resignarán sus aspiraciones presidenciales y descenderán a la ciudad para competir por la jefatura de Gobierno. No es la mejor noticia para Boudou, en caso de que se llegue a candidatearse, porque Solanas la emprenderá contra él. Y es bueno en los debates.

Su desafío, no obstante, es llegar al balotaje, con una campaña positiva que combine sus potencialidades. No será necesario que salga a defender al Gobierno Nacional, que mejoró en imagen en la ciudad. Esa fue la campaña de Filmus en 2007. En este caso, los votantes ya tienen una evaluación sobre la gestión de Macri, y esta será la principal cuestión de la campaña.

Necesita presentar una propuesta informada de gobierno porteño, y convencer a los votantes de que con él estarán mejor. Con eso, llega a la segunda vuelta que se realizará en cualquier caso.

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