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Los medios como eje de campaña

24 abril de 2011

(Artículo publicado en la edición Nº29)

Tanto el oficialismo como la oposición buscarán convertir el tema en centro de debate de cara a las elecciones de octubre

Así como en una nota de esta edición se da cuenta de la notoria ausencia del tema

juvenil en los discursos hacia las presidenciales de octubre, el debate sobre los medios de comunicación ocupará, por primera vez, un lugar importante en la campaña electoral. Y tanto el oficialismo como la oposición coinciden en dárselo. En cada uno de los casos hay hechos y aspectos de los cuales se aferrarán para tratar de sacar ventaja en un eje que irá ganado lugar.

Por un lado, el Gobierno levanta la bandera de la denominada Ley de Medios, y le otorga un enorme peso simbólico porque la presenta como el mayor ejemplo del triunfo de la política por sobre las corporaciones, otro eje de su discurso. La norma marcó además el fin de una estrategia que siguieron distintos gobiernos entre 1989 y 2008 ?incluido el de Néstor Kirchner? y que se basaba en hacerle concesiones económicas a los medios a cambio de influir en su línea editorial.

La creencia de que ningún gobierno podía aguantar tres tapas seguidas de Clarín en su contra se revirtió totalmente a partir de la crisis por la 125, cuando todo cambió y el kirchnerismo arremetió contra los grandes medios y, al igual que en otros sectores, apuntó a consolidar a actores privados con fuerte afinidad con el oficialismo. Fue una apuesta riesgosa que tras las zozobras de 2009 sirvió luego para cohesionar al núcleo duro que quedó tras las elecciones legislativas de ese año y desde el que comenzó la

reconstrucción K.

“Superamos el cerco mediático”, lo definió entonces el cada vez más influyente

secretario de Comunicación, Juan Manuel Abal Medina, quien ahora, con perspectiva

acertada, ve en aquella ley “el nacimiento del kirchnerismo”. Ese es apenas un punto de muestra de cómo el tema irá ganando lugar. La importancia que tomó Gabriel Mariotto a partir de su involucramiento con la norma, nombrado incluso como posible candidato a vicegobernador bonaerense, es otra muestra del poder simbólico de la medida en el mundo K.

A su vez, desde la oposición el cuestionamiento a la política de medios del Gobierno

abarca muchos aspectos. Desde el reparto de la publicidad oficial hasta la aparición de medios cercanos al oficialismo pasando por el rol de programas como “6,7,8” con virulentas críticas a opositores desde la TV Pública. No es casual, entonces, que luego del bloqueo a las plantas de Clarín y La Nación, las figuras más relevantes de la oposición pusieran, por primera vez, sus firmas en un documento conjunto muy crítico

al Gobierno.

Pero por supuesto que en la campaña electoral no faltarán las exageraciones, como todos estos sucesos vienen mostrando. Desde el Gobierno algunos voceros sostendrán que Magnetto es el verdadero jefe de la oposición. Y desde la vereda de enfrente dirán con igual falta de verosimilitud que la Argentina se asemeja cada vez más a Venezuela. Pero son varios los temas, más allá de la arena política y discursiva, en los que habrá una fuerte confrontación entre Gobierno y oposición.

Ley de Medios (art. 161)

Lo que el kirchnerismo considera la “madre de todas las batallas”, y cuyos primeros rounds ha ganado, tiene aún algunos asaltos pendientes. Es el artículo que establece la desinversión y que fue uno de los más criticados por la oposición cuando se debatió la ley. Desde la visión ultrakirchnerista lo consideran clave para la implementación total de la Ley. La Corte Suprema de Justicia pidió el año pasado un “plazo razonable” para que los juzgados en los que se encuentra en trámite se expidieran sobre la catarata de amparos presentados sobre el plazo que estipula para que los medios concentrados

se adecuen a la nueva norma, que la oposición ve como un “cambio de reglas del juego”.

Publicidad oficial

La oposición pretende avanzar con una ley que fije algunos criterios objetivos para la distribución de la pauta oficial. Hay un proyecto que tiene dictamen en Diputados y que combina varias variables, pero que debe resguardar la pluralidad de voces y no hacerlo proporcional a las ventas. Es un tema clave porque para la oposición la falta de reglas permite mantener a los medios afines al oficialismo. También tiene mucho

impacto en el futuro por la gran cantidad de medios que pueden surgir sin que exista un mercado publicitario que los pueda financiar.

Gestión de medios públicos

Es otro punto crítico porque se entiende desde la oposición que hay una utilización progubernamental de los medios públicos, enfocada especialmente en “6,7,8” y no en la línea afín a la Casa Rosada que ha sido habitual en los noticiarios de la televisión pública.

Compra de medios privados

También se sostiene en la oposición que nunca un Gobierno tuvo tantos medios afines. Desde el oficialismo se sostiene que con la ley de radiodifusión de la democracia, se apunta a que haya más voces. De esa manera se pudo romper el cerco mediático que habían armado los que llaman medios hegemónicos. La lista de medios privados cercanos al oficialismo incluye a varias radios, el grupo Spolsky-Garfunkel y los canales 9 y Telefé que pertenecen a Telefónica que es una empresa muy próxima al Gobierno. La oposición critica que en muchos casos esos sectores son los más beneficiados con el reparto de la pauta publicitaria.

Publicidad durante la campaña

Es uno de los aspectos de la ley de reforma política que resta reglamentarse y que terminará de ordenar la asignación de espacio mediático a los distintos partidos.

Fútbol para Todos

Casi no hay dirigente opositor que a esta altura cuestione el Fútbol para Todos, que se ha convertido en una de las tantas apuestas estatistas del kirchnerismo que logró amplio consenso en la dirigencia política y la sociedad. Ahora bien, las críticas de la oposición se enfocan en el uso de la publicidad oficial durante las transmisiones

que, aducen, son muy permeables a ser manejadas por el Gobierno ante la falta de reglas y de otros anunciantes. E incluyen en esa crítica la cuota de pantalla que se las ha ido asignando a las obras nacionales en cada una de las tres provincias donde se realizaron elecciones (Catamarca, Chubut y Salta).

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