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El FIT se ilusiona con el 2015

10 noviembre de 2014

(Columna de Fernando Rosso)

Hay varios factores que apuntan a que el colectivo de izquierda tiene probabilidades de mantener lo conquistado, e incluso de ampliarlo, el año entrante

El 2013 fue el año de la emergencia políticoelectoral del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), integrado por el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), el Partido Obrero (PO) e Izquierda Socialista (IS). Con un millón doscientos mil votos a nivel nacional logró tres diputados nacionales (por Buenos Aires, Mendoza y Salta), siete legisladores provinciales (ya tenía dos, en Neuquén y Córdoba) y también obtuvo bancas en los concejos deliberantes de Mendoza y Salta. En estas dos provincias obtuvo históricos resultados (14% y 19%, respectivamente). Pero, además, alcanzó votaciones relevantes en los principales núcleos urbanos: en Córdoba capital obtuvo 12% (7,5 % en la provincia); en la capital de Neuquén, 11% (9% en el total provincial); en San Salvador de Jujuy conquistó el 11 % (7% en la provincia). En Buenos Aires estuvo muy cerca de colocar un segundo diputado nacional y en CABA no llegó a consagrar uno por mínima diferencia, al igual que en Córdoba, donde además denunció fraude.

El FIT tiene un reconocido protagonismo en las organizaciones sindicales de base (frente a una división histórica de las centrales), en seccionales de sindicatos y en los conflictos de trabajadores (la autopartista Lear y la gráfica Donnelley fueron los de más alto impacto recientemente). Además ocupa posiciones en franjas activas o politizadas del movimiento estudiantil (acaba de retener los centros de estudiantes de Filosofía, Ciencias Sociales y Psicología de la UBA).

Esta breve síntesis da fundamento al hecho de que la izquierda que se reivindica trotskista se constituyó en un actor con peso propio en el escenario político argentino.

LAS TENDENCIAS NACIONALES

Hay dos tendencias del FIT en el terreno electoral. Por un lado, la emergencia nacional, acompañada por una dinámica interesante en algunas provincias. Y, por otro, los fenómenos sobresalientes de Salta y de Mendoza.

Nacionalmente, los tres candidatos tradicionales mejor posicionados hoy son Massa, Macri y Scioli. Este último se viene imponiendo como la “continuidad” posible del oficialismo. En términos del discurso político y del perfil significa un giro a la derecha del kirchnerismo, que había incorporado algunas banderas históricas de la izquierda, al margen de lo que hizo con ellas. Los que apoyaban al kirchnerismo “desde la izquierda” tienen agudas contradicciones para ver en Scioli a alguien que colme sus expectativas.

Del otro lado de las coaliciones tradicionales, quienes más podrían acercarse a disputar con la izquierda son algunos de los referentes del FA-UNEN. Sin embargo, la disgregación nacional (con el radicalismo dividiéndose entre apoyar a Massa o a Macri) le resta posibilidades a esta fuerza.

La crisis de las variantes de centroizquierda tradicionales (oficialistas u opositoras) y la consolidación del FIT son factores que abren posibilidades de mínima de mantener lo conquistado e, incluso, de ampliarlo.

MENDOZA Y SALTA

Las encuestas que incluyen en la grilla de candidatos a presidente a Jorge Altamira lo ubican con 4% y 6% de intención de voto. Pero es en Mendoza y Salta donde el FIT conquistó una base electoral amplia y, podría decirse, masiva.

En Salta, el hoy diputado Pablo López subió en 2013 del 11% al 19% en los dos meses que separaron las PASO de las generales, y el también diputado Nicolás del Caño pasó del 7% al 14% en el mismo período en Mendoza.

López, en el marco de un régimen político muy conservador y desprestigiado, con referentes políticos cuestionados como Urtubey, Romero y Olmedo. Del Caño derrotando al tradicional partido de derecha provincial, el Partido Demócrata, compitiendo incluso con una figura con una alta popularidad, como es Julio Cobos, y un candidato del socialismo de centroizquierda como Alberto Montbrun.

En estos dos distritos lograron superar holgadamente la votación del conjunto del FIT nacional, mostrándose como una alternativa para decenas de miles de personas, especialmente jóvenes.

Del Caño canalizó el voto de ese espectro de la juventud, cuya situación social menos cambió en la década (cfr. el estadista Nº 109). Esto se expresó en los barrios mendocinos de composición obrera, donde alcanzó niveles altos, minando la base electoral del kirchnerismo, que dos años antes había llegado al 54% y en esta ocasión rondó los 27 puntos.

En los dos distritos estos resultados se confirmaron o ampliaron en elecciones posteriores. En diciembre pasado, el PO-FIT de Salta salió primero en la capital con el 27% (17 % en la provincia), y en las elecciones a concejales en la capital de Mendoza, en marzo de este año, el FIT obtuvo 13%.

En Salta, estudios difundidos a principios de octubre le daban a Pablo López 16% para la intendencia de la capital, puesto en el que se especulaba que podía presentarse. En Mendoza, las recientes encuestas muestran que Del Caño se ha instalado como una de las principales figuras políticas. Consultados para este artículo, los encuestadores Elbio Rodríguez, Marta Reale y Santiago Alé confirmaron este hecho. “La perspectiva de sostener la votación en 2015 está”, afirmó Rodríguez, y explicó que “la figura de Del Caño logró una empatía en los jóvenes. Para nosotros, 40% o 50% de su voto es joven”. Por su parte, Alé afirmó que “un estudio que hicimos sobre el trabajo legislativo de los diputados mendocinos muestra que Del Caño cumplió, hizo lo que dijo que iba a hacer y la gente lo percibe”. A su turno, Marta Reale expresó: “Las últimas mediciones que tenemos le dan a Del Caño 15 %. El que claramente tracciona los votos del Frente es Nicolás. No estudiamos en profundidad la composición de su electorado, pero se desprende de algunos cruces que su voto vino mayoritariamente de sectores desencantados con el kirchnerismo”. El último trabajo de Reale lo había ubicado en un asombroso segundo puesto como candidato a gobernador en un escenario sin Cobos, y tercero si el ex vicepresidente compite para ese puesto. El joven diputado tuvo una alta exposición dentro y fuera del Congreso, como blanco de varios encendidos cruces con referentes kirchneristas como Berni, sindicalistas de SMATA (por su apoyo a los despedidos de Lear) o de Diana Conti.

Uno de los desafíos de la izquierda es apostar a nacionalizar las experiencias de Salta y Mendoza. Lograr empalmar con franjas de los trabajadores y sobre todo de la juventud que se distancian del Gobierno y de los partidos tradicionales, sintiéndose identificados con los jóvenes candidatos de la izquierda que levantan sus banderas, junto a los tradicionales candidatos del FIT. En este sentido apunta el reciente lanzamiento por parte del PTS de Nicolás Del Caño a la precandidatura presidencial.

En síntesis, por ciertas tendencias del escenario político de conjunto, por su manifestación en algunas realidades provinciales (especialmente en las consolidadas Mendoza y en Salta) y por las mediciones difundidas en los últimos tiempos, el fenómeno político del FIT parece que llegó para quedarse.

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