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La trama internacional del Paraguay

06 agosto de 2012

La oposición paraguaya a las iniciativas más importantes para Brasilia y Buenos Aires explica buena parte de lo sucedido en la región en el último mes.

Decíamos en una columna anterior que la destitución de Fernando Lugo en Paraguay fue un golpe legislativo, ya que el instru men to utilizado por la mayoría parlamentaria ?con respaldo de la Corte Suprema? fue inválido desde el punto de vista procesal. La legitimidad de la remoción del pri mer presidente no colorado en sesenta años está en cuestión. No obstante, también fue sumario el tratamiento del caso en el Mercosur.

El empujón a Lugo se concretó el pasado 22 de junio y una semana después, el 29, los mandatarios del bloque reunidos en Mendoza decidieron suspender a uno de sus miembros fundadores. Tres semanas después, el 20 de julio, el Gobierno de Federico Franco presentó un recurso de urgencia contra la sanción, que fue inmediatamente rechazado por el Tribunal Permanente de Revisión. Ahora, mientras Paraguay prepara otra presentación testimonial contra la decisión de sus socios ?que probablemente tendrá el formato de un pedido de informes?, se produjo el ingreso de Venezuela como miembro pleno.

Como ocurrió en el plano local, detrás de la suspensión hay intereses y razones que explican la celeridad de la decisión mercosuriana ?aunque esta segunda legitimidad está menos cuestionada que la primera?. El país guaraní, pequeño en territorio, población y producción, se había convertido en el centro de una trama internacional sudamericana que involucraba a las potencias con intereses en la región, que son Estados Unidos, China y Brasil. Su poder era el veto que ejercía el Senado paraguayo en al menos tres cuestiones: Venezuela, Unasur y China.

Sobre las dos primeras se ha escrito bastante por estos días. El ingreso de Venezuela se había aprobado en 2006 por todos los socios salvo por Paraguay, cuyos senadores rechazaban el Protocolo de Adhesión. La consumación del ingreso de Venezuela durante la suspensión de Paraguay generará un problema para este país una vez que se plantee la posibilidad de su retorno ?que será, según el canciller brasileño Celso Amorim, “una vez que Paraguay tenga un gobierno totalmente legítimo”?, porque ahora deberá aceptar a Caracas como hecho consumado. Esto se hará cuesta arriba si son los colorados los que ganan las elecciones en abril de 2013.

En cuanto a la Unasur, cabe recordar que Paraguay era el único país que no lo había ratificado por vía legislativa, también por la negativa del Senado. Cámara que fue aplazando en forma indefinida el tratamiento del pliego. Un editorial del influyente diario ABC Color, publicado en agosto de 2010, que instaba a los senadores a rechazar la iniciativa continental, pedía “detener el avance del proyecto chavista”.

El caso de China arrastra una historia. La crisis paraguaya coincidió con la gira regional del primer ministro Wen Jiabao, considerada la segunda figura en importancia del sistema político chino. Después de Hu Jintao, quien es el presidente de la República y secretario general del Partido Comunista. Jiabao, en esta oportunidad, realizó la misma oferta que Hu Jintao en su histórica gira del año 2004, y que ya había hecho previamente a los entonces presidentes Lula y Néstor Kirchner en Pekín: un acuerdo preferencial de comercio entre China y el Mercosur. Pero éste estaba sujeto al único tema de agenda política que tiene China en América Latina: que los pocos países que no tienen relaciones diplomáticas con Pekín por reconocer a Taiwán, abandonen su posición. En Sudamérica, el único país con relaciones con Taipei es Paraguay.

Para la diplomacia china, la región entera debe reconocer a Pekín y liberarse de la influencia de Taipei, cuya presencia es particularmente importante en Asunción, ciudad en la que se encuentra el monumento a Chiang-Kai Shek más grande del mundo, fuera de Taiwán. El Congreso paraguayo, cabe agregar, funciona dentro de un moderno edificio construido gracias a una donación del Estado taiwanés. En su momento, tanto Kirchner como Lula realizaron pedidos expresos al entonces presidente Nicanor Duarte Frutos para que rompiera relaciones con Taiwán y estableciera relaciones diplomáticas con Pekín, a nivel nacional paraguayo y del Mercosur, como bloque de integración.

El mandatario paraguayo no sólo se negó, sino que, acto seguido, realizó una gira de Estado a Taipei ?anunciada en una conferencia de prensa junto con el embajador taiwanés en Asunción, y descripta entonces como “una visita de solidaridad hacia Taiwán”?. A su regreso, entre los meses de julio y agosto de 2004, encabezó inauguraciones de diversas obras públicas financiadas por Taipei, todas ellas junto al entonces embajador taiwanés, Yen Ping-fan. Kirchner, en cambio, se ubicó a la vanguardia de la posición pro-Pekín en el hemisferio: en el discurso que pronunció en la comida de recepción a Hu Jintao en el Palacio San Martín, sede de la Cancillería argentina, destacó que Argentina y China están unidos por la “solidaridad del reclamo de soberanía”, comparando a Taiwán con Malvinas.

Lugo fue el único presidente paraguayo desde Stroessner que planteó, en la campaña electoral y al comienzo de su gestión, a favor de romper relaciones con Taiwán y recibir a China. Pero rápidamente se encontró con la oposición de la totalidad del arco político y dirigencial paraguayo ?incluidos los liberales, que sustentaron su coalición electoral?. Pero rápidamente abandonó ese proyecto, y adoptó el protaiwanismo del conjunto de la dirigencia paraguaya. En mayo último había realizado su visita anual a Taipei para ratificar los lazos diplomáticos y comerciales con el pequeño y rico país al que sólo reconocen una veintena de estados del mundo. El resto de ellos son pequeños estados de Oceanía, Centroamérica y el Caribe muy comprometidos con sus lazos económicos con la antigua China nacionalista.

La alianza con China, la energía venezolana y la integración suramericana son pilares de la visión regional de Brasilia y Buenos Aires. Paraguay se había convertido en una reserva de oposición, y ello explica buena parte de lo sucedido en el último mes.

(De la edición impresa)

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