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Clarín, los gobiernos, y la lucha por el poder en los últimos años

23 agosto de 2011

Una mirada en perspectiva sobre la relación del grupo mediático más grande del país con los distintos gobiernos.

La relación del mayor grupo mediático argentino con los sucesivos gobiernos ha estado signada por una historia de negociaciones, aprietes y concesiones en ambas direcciones. Desde su aparición durante el peronismo, su rumbo desarrollista y sus cercanías con los gobiernos militares hasta la tirantez con Raúl Alfonsín y sus negociaciones y enfrentamientos con Carlos Menem y la mayor afinidad con Eduardo Duhalde, sus relaciones jamás fueron homogéneas, ni siquiera durante un mismo gobierno.

Incluso el kirchnerismo atravesó un primer período (el de Néstor Kirchner) afín a esa lógica, hasta que tras la crisis con las patronales rurales de 2008 Cristina Fernández terminó de romper lazos con el grupo de Ernestina Herrera de Noble. El tema de los medios y la relación con la cúpula del poder K ha sido uno de los temas preponderantes de la gestión de los últimos tres años y el oficialismo ha planteado una guerra casi sin cuartel, que marcará un mojón importante de estos años.

En “Pecado original. Clarín, los Kirchner y la lucha por el poder” (Planeta), la periodista Graciela Mochkofsky rastrea parte de esa relación de los sucesivos gobiernos con Clarín y se plantea diversos interrogantes desde los que abordar ese muchas veces complejo vínculo. Desde un lugar que no pretende tomar partido, y en el que conviven tanto pruebas de que Papel Prensa fue ofrecida por la dictadura a los propietarios de Clarín, La Nación y La Razón en 1976 con los detalles de las muestras finalmente negativas de ADN de los herederos de Noble, Mochkofsky logra un acabado relato que arranca su recorrido en 1957, con los primeros pasos de la heredera del mayor imperio mediático del país.

De ahí comienza un pormenorizado análisis del devenir de las relaciones con los distintos gobiernos hasta llegar al período 2008- 2011, en el que el Gobierno Nacional y el mayor grupo de medios del país se enfrentaron en una guerra pública y privada “que conmocionó a los argentinos”, según describe la autora. Una de los temas en los que hace hincapié el libro es que los grandes momentos de expansión o consolidación de Clarín se dieron en épocas críticas para el país.

En esa lista describe la obtención de Papel Prensa, pensada en una dictadura militar y obtenida gracias a la siguiente; la posibilidad de intervenir en el negocio de las radios que consigue durante el catastrófico final del gobierno de Alfonsín; la posibilidad de adquirir el Canal 13, privatizado a punta de tapas de diarios por un Menem que todavía no podía hacer pie en la marea de la hiperinflación y, por último, la enorme licuación de sus pasivos que consiguió durante la salida de la tremenda crisis de 2001 de la mano de Duhalde. Se dio una relación inversamente proporcional por la debilidad institucional y política con la que esos gobiernos debieron afrontar las crisis, que los fue dejando en posiciones de clara inferioridad para negociar con un gran grupo de medios. Pese a que monopolizó mensajes oficiales y los grandes titulares, poco o nada se supo de los orígenes, la naturaleza y los alcances de esa guerra.

¿Cómo hizo Ernestina Herrera, una anónima joven de Flores, para convertirse en la única dueña de Clarín? ¿Por qué, a los 50 años, adoptó a dos niños y les puso el apellido de su marido muerto? ¿Cómo lograron Clarín y otros diarios quedarse con la empresa Papel Prensa, de los Graiver? ¿Cuál fue la verdadera relación de Clarín con la dictadura militar y los gobiernos democráticos? ¿Por qué Alfonsín, Menem y Kirchner lo consideraron su enemigo? ¿Cuál era la verdadera relación entre Néstor Kirchner y Héctor Magnetto? ¿Por qué se pelearon para siempre? ¿Hubo un intento de tregua, y a qué precio?¿Es Clarín un diario independiente? Estas y otras incógnitas se despejan en el libro.

En un tiempo de medias verdades o mentiras interesadas, a partir de una investigación rigurosa, Mochkofsky, celebrada autora de “Timerman, el periodista que quiso ser parte del poder”, confía en la descripción de los hechos y escribe un libro excepcional, una auténtica lección de periodismo.

La autora lo define como un libro que “es una reivindicación del periodismo como relato de hechos, crítico pero neutral. Ha sido escrito con la convicción de que hay una gran cantidad de ciudadanos ávidos de información confiable ?no versiones, manifiestos u opiniones? sobre la que hace sus propios juicios. Y, también, la de que somos muchos los periodistas que no hemos perdido la fe en esta profesión”.

“Pecado original” narra con tono seco y pulso vibrante una caída irremediable. Es,

también, un retrato incisivo de la relación oculta entre la prensa y el poder en la era democrática y durante los gobierno de facto, especialmente la última dictadura militar.

(De la edición impresa)

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