(Columna de Joaquín Múgica)
La gobernadora es la dirigente bonaerense con mejor imagen. Su protagonismo será clave en las elecciones legislativas.
María Eugenia Vidal es el ancho de basto que tiene el frente Cambiemos para la partida electoral del 2017. La gobernadora se convirtió en la carta más importante para afrontar las elecciones legislativas del próximo año y Mauricio Macri, el ancho de espada, tendrá que poner en práctica sus habilidades de ingeniero para armar una campaña en la cual la nueva mujer poderosa de su partido ocupe un lugar central. Los comicios que se ven en el horizonte son clave para el asentamiento del partido de gobierno en el poder y para el futuro del Presidente luego de 2019.
Vidal se convirtió en una dirigente con capacidad para cosechar un amplio apoyo de la sociedad y en una mujer dispuesta a embarrarse los pies en las luchas diarias del Conurbano. Su imagen positiva y la valoración de su gestión están en alza. La última encuesta realizada por la consultora de Raúl Aragón mostró que la gobernadora es la dirigente bonaerense con mejor imagen con el 63,2%. Ese dato que se confirma mes tras mes con la aparición de nuevas encuestas, la convirtió en la futura protagonista de la contienda electoral.
Actualmente, Cambiemos sufre la ausencia de un candidato de peso para enfrentar al peronismo. No hay un nombre elegido para encabezar la boleta de senadores, aunque desde el interior del Gobierno dejen trascender que Elisa Carrió, Jorge Macri y Esteban Bullrich son los principales nombres que están sobre la mesa del oficialismo.
No hay demasiados apellidos que puedan ser cabeza de lista en las próximas elecciones. Inclusive, la diputada oficialista, el intendente de Vicente López y el ministro de Educación, aparecen relegados en los últimos sondeos. Ninguno de ellos supera el 12% de intención de voto. De todas formas, Cambiemos cuenta con la ventaja de ser el partido gobernante y de tener a Vidal en un escalón muy alto de la consideración pública. Las gestiones nacionales y provinciales, sumadas a la aceptación que tiene la Gobernadora en territorio bonaerense, servirán de base para armar una campaña en la que el oficialismo buscará aumentar el nivel de conocimiento del candidato bendecido por Macri.
El año que viene será desgastante para Vidal. Seguramente el Presidente le pedirá que acompañe al próximo candidato por el territorio de la provincial y que se haga presente en cada acto de campaña. Un acompañamiento que la propia Vidal no recibió en el inicio de su campaña para gobernar Buenos Aires, cuando su nombre parecía estar relegado en una competencia en la que el peronismo se acostumbró a ganar. Pero la autodestrucción del PJ, luego de una interna feroz y el empecinamiento de Cristina Kirchner por respaldar la candidatura de Aníbal Fernández, le abrió la puerta para convertirse en una figura política de relevancia. Su peso político en las entrañas del PRO aumentó, al igual que el respaldo de Macri.
Pero Cambiemos no será el único espacio que deba combatir las incertidumbres que nacen en la etapa preelectoral. En el peronismo aún está en búsqueda de una brújula que los oriente. Divididos, luego de la derrota en las elecciones del 2015, y sorprendidos, por el apoyo popular que aún conserva el Presidente de la Nación según las encuestas, los dirigentes afrontan la difícil tarea de encontrar al líder que los conduzca. De los próximos comicios surgirá el futuro jefe del histórico partido, pero todavía no está claro quién guiará al PJ hasta esa batalla electoral.
¿Detrás de quién se encolumnará el peronismo? Sergio Massa, Daniel Scioli y Florencio Randazzo son los tres nombres que aparecen en escena. Algunos sondeos también la incluyen a Cristina Kirchner aunque su vuelta, luego de los escándalos de corrupción en los que quedó envuelto su gobierno, parece improbable. Su capacidad de convocatoria dentro del partido disminuyó exponencialmente y el respaldo de los dirigentes se desgranó en pocos meses. El elegido será un hombre y no tendrá el apellido que gobernó a la Argentina en la última década.
El diputado del Frente Renovador es el que registra la mayor intención de voto para competir en las elecciones a senador nacional. Según las últimas mediciones realizadas por la consultora Aragón y Asociados, Massa está cerca del 30%. En el segundo escalón se encuentra el ex ministro del Interior, quizás la mayor sorpresa de los actuales sondeos. Randazzo desapareció de la escena política en los últimos seis meses pero su nombre cosecha un respaldo cercano al 16%. En el último escalón está el ex gobernador bonaerense, que apenas supera el 6%, pese a haber peleado la última elección presidencial mano a mano con Macri.
Massa es el mejor posicionado para los próximos comicios y, fiel a su estilo, coquetea con diferentes sectores. El ex intendente de Tigre potenciaría cualquier fórmula electoral. Sus últimos guiños a Margarita Stolbizer, que tiene una intención de voto del 16%, le dan pie a un posible acuerdo con la diputada del GEN. Un pacto con ese sector significaría que Massa dé, nuevamente, la pelea por afuera del peronismo.
Por otro lado, en las filas del PJ algunos ven con buenos ojos la posibilidad de que haya una alianza entre el líder del FR y Florencio Randazzo. El tigrense pelearía por una banca en el Senado y el de Chivilcoy por una en la Cámara de Diputados. El ex ministro del kirchnerismo está planeando su vuelta a la escena pública pero todavía no tiene en claro cuándo dará el primer paso para concretar el regreso.
Las elecciones del próximo año serán determinantes para el futuro del Gobierno. En el oficialismo buscarán consolidar la estructura de Cambiemos con la misión de concentrar fuerzas para el proceso electoral del 2017. Intentarán mantener alineadas a todas las figuras que acompañaron a Macri hasta la presidencia. Ya ganaron la batalla más importante, pero tienen por delante la posibilidad de dar el golpe de timón que les permita pensar en nuevo período al frente de Argentina. En la futura estrategia electoral, María Eugenia Vidal será la punta de lanza.
