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"La reforma política del oficialismo es cosmética"

galmarini
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30 junio de 2016

(Entrevista a Sebastián Galmarini, politólogo y senador bonaerense por el Frente Renovador)

Toda reforma parte de un diagnóstico sobre ciertos problemas existentes y ciertos objetivos. ¿Cuáles fueron esos puntos en la iniciativa de prohibir las reelecciones indefinidas?

Lo que nosotros estamos combatiendo con esta reforma es que haya dirigentes que se atornillen a sus bancas, a sus escritorios, y que permanezcan por muchos años en un mismo lugar en la función pública. Limitar las reelecciones indefinidas para todos los cargos ayuda a que en los distintos estamentos no haya ni intendentes como los que se lograron llamar "barones del conurbano" ni que en las cámaras haya legisladores que duren más de ocho años en su mandato. Eso va a lograr oxigenar la política, darle una renovación y también agregarle una dinámica distinta a la gestión de gobierno. Toda la renovación de nombres y alternancia en el poder va a ayudar a mejorar la calidad de toda nuestra administración. De todas maneras, el límite a las reelecciones indefinidas no es un objetivo en sí mismo ni la única reforma que nosotros venimos planteando sino una de las aristas de una reforma que va mucho más allá de solamente lo electoral. Queremos algunos cambios como los que ha propuesto el Gobierno Nacional, pero que creemos que hay que intentar abarcar otras áreas también importantes, como sancionar en la provincia de Buenos Aires una ley de ética pública y declaraciones juradas para todos los funcionarios de la administración, porque creemos que no alcanza solamente con modificar los modos de votación sino que tenemos que dar muestras claras a la sociedad de que predicamos con el ejemplo. Y una de las demandas más importantes que hoy tiene la comunidad con la dirigencia política es la lucha contra la corrupción. Creemos que la permanencia en los cargos aumenta la corrupción, la sensación de pertenencia patrimonial de un cargo de parte de un funcionario, de modo que creemos que eso hay que limitarlo. Todos los que pasamos por la función pública tenemos que demostrar qué tenemos cuando nos vamos.

Iniciativas como esta se vienen planteando hace mucho tiempo. ¿Por qué cree que se logró ahora?

En primer lugar, este es un proyecto que nosotros venimos preparando y presentando hace varios años, que se ha ido modificando y ha ido incorporando puntos como por ejemplo la limitación a la posibilidad de que ocupes un cargo electivo a nivel municipal o como legislador, y a su vez un cargo provincial o nacional en otra área, porque nosotros creemos que si hay alguien que se expone a la voluntad popular y resulta electo, se debe dedicar a ocupar el rol para el que fue elegido y no utilizar una candidatura como trampolín para otra cosa. Y por otro lado, creo que ha habido un cambio de época. En el último proceso electoral, se nacionalizó la elección y eso le quitó peso a las estructuras locales de tal forma que el actual Gobierno Nacional ganó una elección en el país y en la provincia de Buenos Aires con un solo intendente. De modo que la propia sociedad argentina había transformado esa vieja idea de los aparatos. En todo caso, lo que pretendemos es dar fin a una forma de construir política y poder en nuestro país que permitía que los intendentes trascendieran gobiernos nacionales y provinciales y sobrevivieran a cualquier situación escondiéndose en estructuras partidarias y locales.

Dentro del FR hay varios que como legisladores e intendentes han tenido más de una reelección. ¿Fue difícil subirlos a bordo del proyecto?

Sí, y muchos de los que estaban en contra de este planteo se han ido a otros espacios: al FpV principalmente y muchos también al PRO. Con esto nosotros no queremos hacer diferenciaciones: para todos, dos mandatos consecutivos y a otra cosa.

¿Te sorprendió el voto en contra del FpV?

No, no me sorprendió porque muchos dirigentes que se quedaron en ese espacio aún después de todas estas situaciones que son públicas y notorias, en lo único que están pensando es en ver cómo se mantienen en el poder, y no en cómo viven los argentinos.

Hay otros temas que se han planteado modificar en varias oportunidades, como el Hare con piso para los concejos municipales, la sobre y subrepresentación en la Legislatura. El oficialismo ha puesto alguno de estos temas sobre la mesa. ¿Van a avanzar sobre esos planteos desde el Frente Renovador?

Hoy no hay ningún proyecto presentado por el oficialismo a nivel provincial de reforma política ni ningún borrador girando. Entiendo que quieren avanzar sobre el sistema de votación, que nos parece bien. En todo caso, queremos evaluar con algún instrumento en la mano qué tipo de voto electrónico pretenden implementar y qué garantías va a haber en la implementación de ese proceso y a su vez, qué grado de sustentabilidad en el tiempo va a tener esa herramienta que vayamos a usar, sea Boleta Única Electrónica, voto electrónico o cualquier otro sistema de votación electrónico. También hay otros planteos que hizo el oficialismo a nivel nacional que podrían ser trasladables a la provincia como la idea del organismo autónomo que administre el proceso electoral. Nosotros creemos que hay que modificar la forma en que se administran los procesos electorales en nuestro país, pero no estamos convencidos que el mejor modelo sea el que planteó originalmente el Gobierno, y entiendo que esa propuesta ya la corrieron del eje. Después quedan otros temas que son tanto o más importantes que los que el Gobierno puso en agenda sobre los que nosotros queremos avanzar al momento que se debata, como lo que tiene que ver con el financiamiento de la política, en la PBA especialmente, que no tiene ley de financiamiento, estamos trabajando en armar un proyecto conjunto para tener una ley que mejore la transparencia y la calidad de financiamiento. Y otro tema, que para mí es el más importante, es pensar la forma en que vamos a reformar y transformar nuestro sistema de partidos tan maltrecho. En el fondo, si no reconstruimos cuál es el mecanismo por el cual se hace síntesis de ideas y candidatos, va a ser muy difícil que todas las herramientas encuentren el equilibrio perdido en nuestra política nacional. Después sí, hay proyectos de todas las cuestiones más politológicas: de la modificación del "Hare a la bonaerense", planteos en torno a la sub y sobrerrepresentación de las secciones electorales, incluso algunas más osadas que plantean la reforma constitucional, pero lo primordial está en los otros temas que hablábamos, porque lo otro depende de una voluntad que al menos hoy no parece que exista. Una reforma constitucional no pareciera estar en agenda.

Yendo a la reforma nacional. De los tres objetivos iniciales que tenía (regular el calendario electoral, crear un ente organizador autónomo y modificar el sistema de votación), se va a avanzar solo sobre el último. ¿Quedó reducida a una reforma superficial?

Sí, bajo todo punto de vista nosotros creemos que tiene que haber una reforma mucho más profunda que meramente reformas cosméticas que nosotros creemos que no están mal, que hay que acompañar y que mejoran el proceso de votación, pero que nos parece que hay temas mucho más importantes y profundos. Uno es el sistema de financiamiento, otro el sistema partidario. El nivel de fraccionamiento de los partidos nacionales y la faccionalización interna de los partidos le ha hecho mucho daño a nuestro país, ha complicado la gobernabilidad y la construcción de políticas de Estado que trasciendan a los cambios de gobierno. De manera que el debate alrededor de esos temas es más trascendente que plantear temas como la posibilidad de que exista un debate obligatorio entre los candidatos presidenciales.

¿Se busca limitar el peso del aparato bonaerense con esta reforma?

No creo que sea un límite expresamente contra el aparato bonaerense. Las PASO de alguna forma limitaron esa idea. De todas maneras, creemos que la permanencia en los cargos aumenta la corrupción, la sensación de pertenencia patrimonial de un cargo de parte de un funcionario, de modo que creemos que eso hay que limitarlo.

Dentro del FR hay varios que como legisladores e intendentes han tenido más de una reelección. ¿Fue difícil subirlos a bordo del proyecto?

Sí, y muchos de los que estaban en contra de este planteo se han ido a otros espacios: al FpV principalmente y muchos también al PRO. Con esto nosotros no queremos hacer diferenciaciones: para todos, dos mandatos consecutivos y a otra cosa.

¿Te sorprendió el voto en contra del FpV?

No, no me sorprendió porque muchos dirigentes que se quedaron en ese espacio aún después de todas estas situaciones que son públicas y notorias, en lo único que están pensando es en ver cómo se mantienen en el poder, y no en cómo viven los argentinos.

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