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¿Campañas o ciclos políticos?

10 agosto de 2011

(Artículo de Nicolás Tereschuk publicado en la edición nº37)

El territorio, la economía, los cargos en juego y los enfoques discursivos influyen en el voto.

¿Son las campañas electorales elementos clave para influir en las preferencias de la ciudadanía o existen “ciclos políticos” inexorables, que determinan el apoyo o el rechazo a determinados partidos en los distintos territorios en cada época?

En lo que va de la tanda de elecciones provinciales anticipadas, por lo pronto, los oficialismos mantienen la ventaja, lo que al menos pone en duda la capacidad de las campañas, en este caso de distintas fuerzas opositoras en cada territorio, para cambiar la historia a nivel local. Se podría pensar en una serie de ejes que ayudan a explicar esta situación:

-Territorialidad. Las fuerzas políticas mayoritarias en cada territorio desarrollan una tarea cotidiana que no se percibe sólo en las campañas y que no siempre es ponderada por la opinión pública. De igual modo, en ocasiones también escapa a las encuestas pero tiene fuerte impacto en el resultado final de las elecciones.

“Creo que, al menos para los cargos legislativos, deberá repensarse todo lo referente a

las campañas y los gastos de las mismas, porque la gente no valora lo que decimos en los últimos 60 días; valora lo que hemos hecho en los últimos 60 meses”. La frase corresponde a una de las dirigentes que surgió como ganadora en las elecciones provinciales de Santa Fe, la diputada provincial electa por el peronismo María Eugenia Bielsa.

La pronunció luego de las primarias locales de mayo, pero cobra valor tras su desempeño electoral en las últimas elecciones provinciales, cuando la lista que encabezó se impuso en toda la provincia. “Cuando uno territorializa el voto y lo coloca

en el mapa del territorio santafesino, creo que se votó que, cada vez que fue necesario, estuvimos cerca de la gente. Creo que la gente votó, y esto lo digo con mucho pudor y una sensación de deuda inmensa, que siempre estuvimos a su lado y haberlos acompañado a pesar de no haber conseguido resolver el problema”, agregó la diputada provincial electa.

Por su parte, la UCR de Santa Fe destacó que “su desarrollo territorial” fue un aporte

esencial para el triunfo del socialista Antonio Bonfatti. El partido centenario resaltó que de los 24 intendentes que colocó el Frente Progresista, 22 corresponden a su fuerza y que lo mismo ocurrió con 7 de los 8 senadores provinciales oficialistas en esa provincia. Desde el punto de vista radical, el anclaje de ese partido sobre todo en el interior de Santa Fe, ayudó a aminorar el impacto en la caída de adhesiones que mostró el oficialismo provincial desde 2007.

Además, fue el radicalismo el que apuntaló una victoria en la ciudad de Santa Fe, donde Miguel Del Sel esperaba un mejor resultado que el que obtuvo al final. La tarea sobre la extensión del territorio, en el contacto cara a cara con todos los sectores sociales termina pesando al final del día.

-Situación económica y productiva. La elección de Santa Fe también sirvió para percibir un elemento que también va por lo bajo. Se trata de las opiniones o posicionamientos con respecto a la situación económica y productiva. Así, la opción por Del Sel como candidato a gobernador fue la más apoyada en los siete departamentos santafesinos que concentran tres de cada cuatro hectáreas de soja sembradas en la provincia.

En esos distritos, donde se reúnen más de 1,3 millones de hectáreas dedicadas al cultivo estrella, los ciudadanos consideraron que la propuesta del Pro para la Gobernación era mejor que las otras dos.

De este modo podría pensarse, ¿fue la campaña del kirchnerista Agustín Rossi defectuosa en esos territorios u ocurrió tan sólo que una gran porción de los santafesinos no deseaba en esta instancia a un dirigente tan alineado con el kirchnerismo y con sus políticas productivas como gobernador? ¿Falló allí el enfoque de campaña del Frente Progresista o toda una región le “facturó” a la fuerza de Hermes Binner su buen nivel de diálogo con el Gobierno Nacional en distintos temas vinculados a la cuestión productiva provincial?

-Un cargo, un issue. Desde la ciudad de Buenos Aires, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, declaró pocos días antes de alzarse con un contundente triunfo en la segunda vuelta que en su distrito la ciudadanía pensará en “temas más macro” cuando tenga que votar en los comicios nacionales, es decir, cuestiones diferentes a las que evaluó en las elecciones locales. Esta visión abre la puerta al llamado “voto cruzado”, que la provincia de Santa Fe explotó en toda la gama de posibilidades que, a su vez, potencia la boleta única.

El fenómeno de la “personalización del voto” con el impacto de determinadas figuras, pero también la evaluación de distintas temáticas ante cada instancia electoral, puede

aumentar las sorpresas los días de elecciones. Los electorados urbanos, pero no sólo ellos, tienen la capacidad de votar a distintas fuerzas políticas, según se trate de una elección legislativa o ejecutiva, nacional o provincial. Esto puede permitir, en potencia, mantener en su cargo a distintos oficialismos.

-¿Respetar el “ciclo” da más réditos o es mejor ir contra la corriente? El secretario general de la gestión macrista, Marcos Peña, consideró hace poco que las campañas “anti” no tienen anclaje entre la gente. Evaluó, en concreto, que “quien haga antikirchnerismo” en los comicios presidenciales “le pasará lo mismo que al kirchnerismo porteño: terminará favoreciendo al adversario”.

En este sentido, ¿debe ser la lectura estática de una encuesta lo que marque los posicionamientos políticos de los dirigentes o les otorga más rédito “jugarse” a “cambiar” los escenarios?

Este tema estuvo presente en diversos análisis posteriores al contundente triunfo de

Macri en la segunda vuelta porteña. Si las campañas pueden torcer los destinos, el líder del Pro cometió un error al no lanzar su figura a nivel nacional, si es que contaba con tantas adhesiones.

En caso de que los “ciclos políticos” sean inexorables, Macri cosechó una gran cantidad de adhesiones para continuar como alcalde pero no hubiera tenido respaldo para aumentar su escala y proyectarse como una figura nacional. Así, la “audacia y el cálculo” parecen no siempre ir de la mano en política. Yendo al caso de la Capital en concreto, podría también plantearse la pregunta acerca de la efectividad de las campañas.

¿Fue la precisa tarea proselitista del macrismo la que derivó en un buen resultado electoral? ¿O la ciudad ya tenía “tatuado” un voto “no positivo” para cualquier postulante vinculado a la Casa Rosada? Es conocido el ADN no peronista de la ciudad. Una impronta que, de alguna manera, repiten la mitad de las capitales de provincia,

opositoras a sus respectivos gobernadores.

A pocos días de las primarias del 14 de agosto, la oposición afirma que el ciclo kirchnerista se acabó y sus campañas apuntan en ese sentido. Desde el oficialismo confían en que Cristina Kirchner no agotó aún todo su potencial político y que tiene fuerza para llegar victoriosa a octubre. Ambos sectores harán campaña, aunque tampoco descuidarán otros aspectos en su relacionamiento con el electorado, de cara al intenso año electoral.

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